¿Dispuesto a crear tu auténtica Salsa Tahini?
Salsa Tahini
La Salsa Tahini (conocida también como tahin, tahina o tahine, o como mantequilla de sésamo o ajonjolí en el mundo occidental) es una pasta elaborada con semillas de sésamo. Esta salsa es típica de la cocina árabe y es esencial en la preparación del hummus o el baba ganoush (crema de berenjenas). El tahini tiene un origen tan antiguo que constan registros con escritura cuneiforme de hace nada menos que 4 milenios. Por aquél entonces, se empleaba como un regalo de los hombres a los dioses.La semilla de sésamo está clasificada en la medicina tradicional de la India como “sáttivico” o puro, ya que aseguran que tiene una infinidad de beneficios para la mente y el alma. Tanto esa así, que existen leyendas asiáticas en las que se consideran a las semillas de sésamo como un símbolo de inmortalidad. Su textura y sabor la hacen idónea para sustituir la mantequilla o la margarina en tus desayunos.
Ingredientes
- 5 cdas Semillas de sémola (ajonjolí)
- 2 cdas Agua
- 3 cdas Aceite de oliva virgen extra
- Sal al gusto
Elaboración paso a paso
- Para comenzar con la receta de Salsa Tahini, lo primero que tenemos que hacer es calentar una sartén a temperatura media. Una vez caliente, añadimos las semillas de sésamo o ajonjolí sin ningún otro ingrediente. Bajamos el fuego a una temperatura media-baja y vamos moviendo las semillas para que se tuesten todas de una forma homogénea.
- Después, cuando notes que su color empieza a dorarse y desprenden su característico olor como a fruto seco, estarán listas. Suelen tardar unos 4 minutos aproximadamente.
- A continuación, cuando tengas toda tu mezcla dorada, apagamos el fuego y retiramos la cacerola. Ponemos las semillas tostadas en el vaso de la licuadora o robot de cocina junto con la sal, el agua y el aceite. Ahora es momento de licuar todos los ingredientes para que se integren hasta conseguir una textura homogénea.
- Por último, prueba tu salsa para rectificar de sal o echarle más agua si ha quedado demasiado espesa.
Notas
- El caramelo alcanza hasta 200ºC, así que déjalo enfriar un poco antes de mezclarlo con los demás ingredientes.
- Para limpiar el caramelo de la cacerola, llénala de agua caliente y añádele un poco de jabón.
- Si se te cristaliza muy rápido el azúcar, puedes añadirle antes unas gotitas de zumo de limón.